domingo, 1 de mayo de 2011

Penas y alergias del amor

Si te llevo mandarinas y no es suficiente, pero tambien te llevo medialunas con dulce de leche, pero tampoco, vos me dedicas la canción mejor escrita sobre la guerra del amor, quiere decir que, o yo tengo que dejar de comprar estrellas, o tu tienes que cerrar el porton.

Cualquiera de los dos que lo haga primero no importa, porque el latido que escucho (mirá, sentí) sale del pecho con esta tristeza que vos decís que ni te importa, pero qué tanto, sino ni me preguntarias por qué ultimamente te busco asi, te miro tanto, te cuento tanto, en cada estrella que me aconsejo por las noches.

Y así es menos doloroso y mas enfermo que de ninguna otra manera. Yo no me hago cargo de las cosas que tengo para decirte y para pedirte ni vos tampoco. Caminamos la estrepitosa y apasionante cuerda de lo que ya fue y nunca será, pero la caminamos. Mirá que lindo.

Aunque de los dos me siento afortunado, porque ni lo que hacés en mi contra, ni ninguna otra cosa, podria matarte en mis recuerdos. Y todavia veo La Era del Hielo 3 y la mamut tiene tus ojos y tus cualidades de mujer aventurada, espontanea y madre única. Todavia pienso eso mientras te busco y encuentro el veneno que te di pero mejorado y untado en la tostada que me das al desayuno. Aunque no podes suicidarte dentro mio, o disfrazarte. Y hace mucho que ya me habias enseñado a escribirte poesias y no te dabas cuenta. No vengas ahora con que es otra de mis mentiras, que ni te amo ni nada, porque siempre mis verdades fueron lo mismo para vos: el sillon incomodo donde ver una novela por un rato para despues cambiar de canal porque el asiento se puso pesado.

Si queres voy a tu casa y te enseño la pelicula. Llevo pasas de uva con chocolate. Vos miras tranquila y yo sigo completando los bosquejos que tengo: apasionados retratos de tus ojos, tu boca y la cicatriz en la oreja.

No podes quitarme absolutamente nada de lo importante en mi mirada, inutil. Seguis siendo hermosa.

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