jueves, 21 de abril de 2011

A propósito

Hoy también va a llegar y va a abrir una por una las cortinas. Hoy, jueves, veintiuno de abril, también va a llegar hasta este lugar. Esta es la sensación que tengo y no otra, que me saque el entusiasmo y la seguridad. Abrirá la reja (yo no veré nada con las cortinas cerradas), abrirá la puerta, correrá primero esta cortina que ahora mismo veo plegada, pero que estará acomodada a propósito para que cuando llegue pueda abrirla. Entrará. Irá hacia su derecha y correrá otra cortina más, la que está sobre la ventana cercana a la escalera que va a la planta de abajo (quizás también abra el postigo de esta ventana). Ya habrá luz en este tenue lugar, en esta aburrida habitación, pero no conforme con eso va a caminar hasta la segunda puerta (la que una vez puesta la traba queda fija) y abrirá también la tercer cortina, para después seguir por la que cubre la ventana que tengo justo al frente, por la que puedo ver el portón que da a la calle. Iriarte 1585 es la dirección. La pared de afuera es blanca y tiene un cartel con el nombre del edificio. Yo estoy adentro, con una seguridad que me inquieta. Son las 11:57 de esta mañana de este jueves de este otoño. Pocas veces las seguridades me inquietaron tanto. Después de la luz van a ser protagonistas la sonrisa de ella, sus chistes, su humor ácido, su ciclotimia, sus sí y sus no. En esa tarde de este jueves de este otoño que no tarda en llegar, los ojos acaramelados, marrones almendra (es un doble sentido que le encante el helado de almendras) van a sacudir de nuevo el tedio de este lugar. (O sea, el brillo de ella y la luz de afuera van a sacudir a este lugar conmigo adentro). (O sea, todo lo que ella tiene va a sacudir lo que me ha quedado, lo que me he quedado a ser en esta historia).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si supieras que ese dia lo lei antes de llegar..