En la reunión con el Sr. Rivera y la Fiorito buscaba los ojos aquellos por todos los rincones. Todavía lo hacía cuando los ojos se obstinaban en perderse por algún punto que no fuera mi mirada.
En la reunión con los Señores y las Señoras que trabajan para la Fiorito seguía buscando tus ojos y tus pies sin obtener mejores resultados que antes.
Previo a la reunión con los Señores y las Señoras hiciste hincapié en una sarta de ideas para nada despreciables. Como si acaso quisieras convencerme de lo que ya estoy convencido. Creo que lloré angustiado, aunque no usara lágrimas para eso.
Antes de esa reunión tuve la leve sensación de que vos también entendías que te necesitaba ahí mismo y me regalaste los ojos, los párpados, las espinas de las rosas, las palabras más tajantes y los acuerdos más difíciles.
Quiere decir que entre reunión y reunión hay maneras varias de confirmar que uno sigue vivo.
sábado, 16 de abril de 2011
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