El martes se va a levantar el hombre y va a repasar cuidadosamente para ver si olvidó algo de lo que pudo haber soñado. Entre cosa y cosa, va a auto convencerse de que sigue soñando con lo mismo: el viernes van a salir a las 8 pm. y vas a decirle que lo esperás en el Creambury de Ruta 20, van a conversar y va a poder decirte lo que tiene atragantado, al fin te tomará de la mano y se sentirá entero, o a medio llenar pero completo con tu compañía.
Es un tarado: antes de la mañana del martes, el lunes por la noche, va a comer ravioles. No es un tarado, es un nostálgico.
El viernes, el martes, el lunes; cada vez los días se repiten con el mismo pulso, el igual perfume, la misma disonancia, de querer repasar la vida y no tenerla a mano.
lunes, 25 de abril de 2011
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